sábado, 7 de marzo de 2015

Héroes del silencio: Safety Last! (1923)


Más que mera comedia física, la que solían practicar genios silentes como Buster Keaton debería ser puntualmente llamada comedia atlética; por ejemplo, en Seven Chances (1925), una virtual reedición extendida de su insuperable Cops (1922), el archirival de Charlie Chaplin brinca a través de locuaces abismos y huye de la codiciosa fauna femenina de todo un pueblo con la capacidad y concentración de un sobrehumano corredor de fondo. Menos expresivo que el inescrutable Keaton en su ordinario candor de all-American boy, Harold Lloyd no puede ser subestimado, como lo demuestra su ejercicio de comedia atlética emblemático, no por nada intitulado en español El hombre mosca. Persiguiendo un soñado porvenir, Harold tendrá la fortuita oportunidad de escalar la fachada del edificio de departamentos en el cual trabaja como un simple ayudante de mostrador y de esta manera convertir en realidad el simulacro de éxito con que ha persuadido a su definitivamente ingenua y poco menos que adorable novia (Mildred Davis, the Lloyd Girl). La histórica escena del héroe pendiendo frágilmente de un reloj es sólo el momento culminante de un film tocado por la intemporalidad exclusiva de los clásicos.